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«De niño, Eduardo soñaba con ser arqueólogo y egiptólogo. Su madre le hacía escuchar Pedro y el lobo de Serguei Prokofiev que a Eduardo le fascinaba. De adolescente quería ser arquero. 'Tal vez porque es un puesto muy solitario', me dijo un día.
La isla del tesoro de R L Stevenson fue el libro que más le impactó en su niñez. Y los domingos concurría a misa.
Cierto día, junto con el poeta Eduardo Milán, se acercó hasta el Club Tacuarembó donde el grupo de teatro independiente El Juglar ensayaba El debut de la piba, un sainete de Roberto Lino Cayol, dirigido por Miguel Gioia. En la obra personificó a Venancio e interpretó la canción "Porque me se da la gana". Con el mismo grupo realizó tiempo después En un cerco sutil, basada en La morsa, de Luigi Pirandello. Eduardo interpretó al personaje Andrés Fabre, al tiempo que cantaba una canción titulada igual que la obra.
En 1968 debutó cantando en el programa El club de las 11, que se emitía los domingos a las 11 de la mañana en CW 153, Radio Tacuarembó. En esa misma emisora hizo las veces de disc-jokey, media hora por semana, en el programa Happening. Y tuvo un grupo de rock. Se llamaba The Glass of Water y sus compañeros en la aventura musical fueron Mario Crespi, Gustavo Baisón y Eduardo Milán.
Una última anécdota. En 1970, el día que se presentaba en el Festival de la Canción Joven en el Club Tacuarembó, antes de salir guitarra en mano, su madre le dijo: "Pensá que también podés perder". Pero Eduardo fue elegido mejor intérprete -lo que le abrió las puertas para firmar contrato con Sondor para grabar Canción de muchacho-.
Sin embargo esa frase, con el tiempo, adquirió vital importancia en su vida: "En aquel momento no me afectó. era simplemente la lectura de un adolescente que, guitarra en mano, se presentaba en un festival y podía perder. Con el paso del tiempo me di cuenta de que también podía perder en otras cosas", me confesó»
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Nelson Díaz
Brecha - 23 de marzo de 2007
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