Grabación con La Tabaré (2002)



Darnauchans junto a la Tabare Milongón Band en la grabación del disco Sopita de Gansos y el tema Flan flan, en otoño del 2002 en los estudios Octopus.

Sansueña (1991)



Único videoclip en la trayectoria de Eduardo Darnauchans, filmado en 1991 por las productoras Oxymoron y Talis. Recibió el segundo premio de un concurso organizado por la Presidencia de la República e integró el pabellón de Uruguay en la Expo Sevilla 92; también fue apoyado por la Coca-Cola con unos patacones pa´los gastos, por lo que en la estación de tren figura en retribución un cartelito de época del emblemático refresco.

Más: http://adioslevrero.blogspot.com/2007/07/el-famoso-videoclip-del-darno.html

En el viento de la noche (1996)





ELARQA - Año V – Número 18 – Mayo 1996
Revista bimestral de arquitectura y diseño.
Director: Julio C. Gaeta
Fotografía: Carlos Pazos

Sueños de cúrcuma y ajonjolí (2007)

“conocerse claro está/ que necesita su tiempo/ con años que albañilean /y años de derrumbamiento” W. Benavides – E. Darnauchans


¿Cómo hablar sobre Eduardo Darnauchans?¿Cómo no hablar sobre Eduardo Darnauchans? Es el tipo de pregunta que Eduardo se hubiera hecho si hubiese tenido que hablar de un ser querido y entrañable, frente a la evidencia de su muerte. Su temida “señora otra” -y conste que temida y no amada- sobrevoló su cama y lo atrapó leyendo un cuento final de Borges -La memoria de Shakespeare- comenzada la madrugada del 7 de marzo. No voy a hablar de su obra poética ni de su música –no me compete-, voy a hablar de su delicada humanidad, de su frágil y breve vuelo por este mundo, con cuyo fin -y tomando prestadas también las palabras de H.P Lovecraft, como él mismo, refiriéndose a la pérdida de otro Eduardo (Vaz Ferreira)- “en el añoso mundo, murió un poco de belleza y juventud”. Voy a hablar de Eduardo y no de El Darno –ese alter ego trágico que se lo fue comiendo y no digo Darno (como lo llaman algunos amigos), porque él mismo se nombraba así y con la anteposición del artículo y creo que con esto establecía una clara alteridad entre su ser y el personaje-, voy a hablar de los años que albañilearon, en los que sí le cantó a la muerte, para exorcizarla y no para celebrarla, pero mucho más le cantó al amor y su reverso. Eduardo se preguntaba a menudo cuando lo tildaban de cantor oscuro o mortuorio _ ¿Cómo no se dan cuenta que le canto con tanta vida, que hay tanta vitalidad y energía en la forma de cantar?- demasiado sutil para las mayorías.

En él se conjugaban Eros y Thánatos, “como nodrizas furiosas”, voy a hablar de su relación con Eros –al fin y al cabo de esto trata esta revista-, para exorcizar mi pena y conmigo la de tantos, que en estos días han llamado y enviado correos electrónicos desde lejanos rincones del mundo, buscando consuelo mutuo, reconstruir momentos altos o rescatar una anécdota olvidada. Ahora que no está y somos libres de recordar la porción de vida que quisimos, sin la presencia insoslayable y dolorosa de sus últimos años.

Durante su niñez y adolescencia su padre, médico pediatra y librepensador, le decía que los placeres de la carne eran sanos y necesarios, en cambio los jesuitas del colegio al que asistió –y en el que supo ser monaguillo- predicaban en contra del pecado de Onán y exigían penitencia ante los extravíos del niño. Creo que ambas vivencias lo acompañaron toda su vida y se juntaron luego a otras más terribles, dando lugar a la dicotomía vida – muerte y todas sus variantes; no es casual que a largo de su vida dos personas -sin conocerse previamente entre sí- le hayan puesto similar mote, una “el sátiro monaguillo” - Cecilia, La Braier como le decía Eduardo- y la otra “el cartujo libidinoso”- quizás fuera María Vidal-. Durante la dictadura y en el medio del terror, uno de sus desvaríos fue irse de monje, pero quedó muy decepcionado -y abjuró de tal decisión- por una conversación con un cura de la iglesia del Prado -al que fue a pedir orientación-, pues el sacerdote se mostró contrario a la expresión sexual del amor en los que ejercen el ministerio de dios y en los laicos, que no hayan tenido previo pasaje por la iglesia. ¡Ah, Eduardo! ¡Faltan como 200 años más para que la iglesia acepte eso y un papa Juan Pablo X por lo menos, si nos cae otro Benedicto…. ni modo!

Delgado como fue casi siempre, Eduardo era un goloso y amaba comer; esto se mantuvo aún con los sentidos anestesiados por el alcohol y no bien estaba unos días sin bebida comenzaba a clamar por tortas de ricota o manzana, profiteroles de crema, flanes, ambrosía y dulces caseros -especialmente los que son usuales en su tierra de adopción, como los boniatos en almíbar o el dulce de zapallo. Su madre mientras vivió mandaba a hacer estas confituras en Tacuarembó y se las enviaba en un paquete por ómnibus. Su padre le enviaba tasajo, mazamorra de maíz -de un molino local y de impecable factura artesanal - y porotos negros; las comidas típicas del norte del país como el Feijón – hermana de la brasileña Feijoada -, la Mazamorra - guiso primo hermano del Locro- y el Ensopado lo devolvían a la vida y le calentaban el alma. Eduardo no sabía cocinar pero sustituía con ingenio, poesía y creatividad lo que ignoraba. Lo único que aprendió a hacer con dedicación, esmero y años de práctica, fue arroz al estilo brasilero, que le salía perfecto y a punto. Cierta vez esta escribidora estuvo enferma y la fiebre alta le impedía moverse de la cama, llegada la hora de comer Eduardo dijo “no te preocupes yo cocinaré esta vez para ti, Salchichas a la Champfratón”, quedé sumamente sorprendida y expectante, al rato apareció con una bandeja impecablemente servida de…¡panchos con arroz! cuando dejé la cama, un cartel adornaba mi cocina con la siguiente leyenda: “aquí se han cocinado Salchichas a la Champfratón”, firmado “El Fregacito de Oro” - premio que se otorgaba a sí mismo por lavar habitualmente los platos. El cartel quedó por años en la cocina y seguramente pereció en alguna mudanza.

Si bien nunca supo cocinar más que el arroz de marras, fuimos socios en un emprendimiento gastronómico –tengo documentos probatorios-, éramos los concesionarios de la cafetería de Cinemateca –en la calle Carnelli- allá por el 85 y 86, aunque claro está que la cara visible era la mía, pero supongo que no deben faltar parroquianos que recuerden que Eduardo les sirvió un café alguna vez. Pocos años antes se había quedado sin trabajo y habían sido prohibidas por la dictadura, sus presentaciones públicas en recitales, yo tenía por entonces otra empresita que proveía de tartas y empanadas a oficinas y a un par de locales gastronómicos en las galerías del centro, Eduardo –trabajaba codo a codo conmigo- hacía las compras, repartía tartas y empanadas y las horneaba con celo; llegó a tener innumerables marcas de quemaduras -producidas por la puerta del horno- en sus brazos y manos. Se mortificaba terriblemente cuando -por distracción- alguna quiche o empanada quedaba con un tostado mayor del deseado.

Por aquellos mismos años –desde el 81 y a partir del disco Zurcidor –se incorpora Bernardo Aguerre y junto a Carlos Da Silveira, pasan a ser sus músicos de cabecera y amigos –Carlitos, de Tacuarembó, amigo de toda la vida -; con ellos y con Víctor Cunha, Alicia Migdal y en ocasiones Ligia Almitrán, y otros, nos reuníamos a menudo a comer en la casa de alguno del grupo, después de ensayos -y de los recitales luego de restablecida la democracia-o con cualquier motivo. Allí tenían lugar charlas que comenzaban con música e iban tocando temas que gustaban a todos o eran la especialidad de alguno, pasábamos por política – y esto en dictadura significaba tener mucha confianza acerca de quién era quién- cine, poesía, literatura e invariablemente terminábamos hablando de cocina e intercambiando recetas. La única del grupo que había hecho de la cocina su medio de vida era yo, pero tanto Víctor como Alicia y Carlos eran excelentes en los fogones y todos, cocineros o no, éramos amantes de los placeres de la buena mesa. Eduardo nos escuchaba hablar y se iba emocionando con el sonido las palabras que se desgranaban en la conversación, y que nombraban ingredientes o especias, entonces jugaba con ellas, buscando consonancias y aliteraciones, al tiempo que comentaba que le gustaría incluirlas en una canción. Finalmente se sacó el gusto y surgió la canción Flash, en la que unió las magdalenas -que para Eduardo eran las tangibles que comía, pero indisolubles de las de la iconografía gastronómica nacida bajo la frondosa memoria de Marcel Proust -junto a la cúrcuma y el ajonjolí, que lo remitían al mundo oriental de Las mil y una noches. Así atravesó Eros la comida y sus aromas en esos versos - “y cuando desdía y nocha el mundo/ tras tu perfil/ lloviznan tus manos magdalenas maravedís/ y entre los pechos/ de la noche maga/ sueños de cúrcuma y ajonjolí”- y todo, tal como era en Eduardo, visto a través de tamiz literario.

Cuando sus tíos venían de Tacuarembó, la comida alcanzaba un punto alto. Ya fuera porque Graciela - hada tutelar sempiterna - cocinaba algunas de las comidas del terruño que tanto le gustaban o porque le ponía un billete de los grandes en el bolsillo y le decía “llevá a comer a la flaca a algún lugar lindo”, mientras Raúl – su consorte- se hacía el distraído y miraba para otro lado, entonces tenían lugar los banquetes en Morini – que todavía entonces conservaba parte del viejo encanto-, en el que casi siempre Eduardo comía como principal, Capellettis a la Caruso o una Suprema a la Maryland y de postre quizás un Panqueque de manzana quemado al Rhum, aquel billete daba para más de una incursión y generalmente terminaba pagando la comida de la casa el resto del mes; eran tiempos de bolsillos flacos y gran avidez de placeres terrenales y bienes culturales; también pagaba seguro, alguna entrada de cine o algún libro.¿Habrá cines en los trigales de la Luna para ir a ver por enésima vez La Strada y emocionarse con el llanto del gigante Zampanó frente al mar o los versos del replicante Roy Batty en la secuencia final de Blade Runner? – a Borges te lo llevaste contigo- ¿habrá un Morini con aquel mozo viejísimo del peinado complicado? Espero que sí y que estés ahora mismo sentado frente a un suculento –eterno- plato de capellettis después de terminada la función.

Esta vez me tocó tristemente a mi ser tu humilde servidora y devolverte honores, aunque pequeños y torpes frente a tus delicadísimos Flash o La mujer flaca. Esta vez –yo la peor de todas- “oro en tus labios/ la mi pasión”.

Chichila Irazabal

Historia por Malena Muyala



Collage audiovisual sobre la canción de Bernardo Aguerre y Eduardo Darnauchans.
From: cunhavic2

Spots



Los spots de tv utilizados en la última actuación de Eduardo Darnauchans en el Teatro Solís en marzo de 2005.
From: cunhavic2

Un homenaje de Tímpano (2007)

Un homenaje a Eduardo darnauchans

(archivo de audio)

Tímpano - El Espectador
Sábado, 17.03.2007

El pago interior (2004)

14.12.2004

El hombre no ha dejado de ser muchacho. El muchacho ya es hombre. Contrariedad y verdades. Blancos y negros. Una trayectoria pobladas de matices. Viajes por la identidad perdida y por la reencontrada. Una incursión por los territorios únicos de Darnauchans.
Una mirada hacia el "pago". A la comarca que lo hizo y lo sostiene. A pocos días de comenzar un nuevo ciclo de conciertos en el Espacio Guambia y de recibir un Homenaje de la Junta Departamental de Montevideo en el Teatro Solís, el próximo 14 de diciembre.
- ¿Timbres, teléfonos, "internaciones".....cómo anda tu "pago interior" ?
- Mirá, mejorando....mejorando porque logré vencer algunos demonios internos. Quizás soy un poco vago al decir esto, pero en fin, ahora soy mas libre de lo que era hasta hace seis meses atrás....Me he ido liberando del gran demonio que yo tenía, un demonio muy pesado, el alcohol. Contrariamente a lo que mucha gente pensaba sobre la droga. Yo nunca estuve en ese viaje. Aunque sé que mucha gente tuvo esa impresión.
- ¿Y el "pago creativo" ?
- Ese aún continua en "stand by", pero al vencer algunos de los demonios que me tenían como atenazado o acorralado, o sin sensibilidad, creo que ese "pago" de a poco va a volver, se va a instalar...
- ¿Sin embargo han aparecido un disco de "rarezas" y otro dedicado a un repertorio de "canciones sefaradies" ?
- Si, pero estos discos corresponden a material que ya estaba grabado o discos que fueron editados a partir de grabaciones en vivo. Cuando me refiero a mi "stand by", es que aún no he realizado ningún disco con material enteramente nuevo. Todavía no tengo un nuevo registro de este tipo. Tengo material para casi medio disco, pero no aún para un nuevo entero. Si es cierto que el disco de las "Canciones Sefaradies" me llevo un proceso de elaboración y investigación, es verdad. Pero tú sabes que esa es también una temática que vengo trayendo desde hace mucho. El tema "sefaradí", yo leí mucho sobre la vida de los judíos en España antes de su diáspora.....
- Alguna vez hablamos de un posible "sentimiento eslavo". De una cierta tristeza o melancolía que se trasluce en tu obra...
- Si, es cierto.....lo eslavo se manifiesta fundamentalmente en alguno de los personajes de Tolstoi y Dostoievsky. Borges en sus inicios hablaba de la grandeza del alma eslava.....yo asumí un poco eso. Es una grandeza trágica siempre un poco destinada al olvido y a la derrota, pero no obstante es una gran grandeza, valga la redundancia, "gran grandeza" .
- ¿Te has visto alguna vez a ti mismo como un personaje "dostovieskiano" ?
- De alguna manera sí. Yo me identificaba mucho con el personaje....que hace de tres personajes en realidad de "Noches Blancas". El funcionario público, el joven de 24 años y el tercer personaje que es el soñador. Los tres son en realidad uno.
- No hace mucho me decías, que tenías la intención de grabar un disco con canciones del Romancero....
- Sí, es un trabajo que está planteado por AYUI. Es harto difícil encontrar versiones que sean realmente válidas, que no estén llenas de florituras y boberías. Encontrar un anónimo del siglo XIV o del XIII hasta el siglo XVI, que más o menos esté respetado el entorno de esa poesía del romance castellano auténtico.....es muy difícil de encontrar. O sino musicalizar como "si uno fuera...." Yo ya hice eso con dos romances : "Manda pregonar el rey" que esta en Las Quemas, creo y "Las endechas a la muerte de Guillen Peraza" que pertenece al álbum Zurcidor.
- ¿Cuando escuchas el disco de "Rarezas", te reconoces ?
- Sí. Yo fui ese. Y aparte me parece una cosa tan fresca, hay cosas totalmente ingenuas...yo fui así, de ahí salió lo que yo soy...
- ¿Tengo la impresión de que no se ha hablado mucho de ese disco publicado por AYUI?
- Es prácticamente desconocido, es un disco para coleccionista....esta integrado por pruebas de canciones que por una u otra razón quedaron fuera de los discos. En su mayoría están registradas en grabadores antiquísimos, hay también canciones tomadas directamente de algún recital y otras que fueron recogidas en ámbitos domésticos, a veces ha habido que trabajar muchísimo para reflotar esos sonidos que en definitiva son un testimonio de lo que era.
- ¿Cómo ves la perspectiva del cambio político?
- Como la mayoría de los uruguayos que hemos votado a la izquierda, sea del sector que sea, estamos muy esperanzados, tenemos mucha esperanza en que algo va ha ocurrir y va a ser para bien. Algo se va a romper, por que tenia que romperse. Demoro en romperse pero se rompió. Los partidos tradicionales buscaron por todos los medios, inclusive en las elecciones pasadas coaligándose entre ellos para impedir el triunfo del Frente. Ahora no tienen nada que decir, se ganó, con el 50 coma y fracción, pero se ganó.....
- A veces pienso que hay canciones como "Desconsolados 2", que se adelantaron dos décadas para describir la situación de pauperización actual.
- Bueno, lo que pasa que yo estaba viviendo esa situación....
- Si, pero cuánto "Madame de la mugre" ves ahora en la calle...
- Sé lo que me decís. Antes de llegar a la puerta de este café en donde estamos ahora, había una señora que precisamente limpia no estaba, desglosando de un extraño resto de algún tipo de comida, ancianos tomates y peregrinísimos pedacitos de algún fiambre, envueltos en un papel de estraza, buscando para comer lo que supongo será su almuerzo y su cena....sin duda la pobreza se ha agudizado de forma extrema.
- Hay un poema de Vallejo, no sé si tu recuerdas, donde hay una sucesión de imágenes en las que dice algo así: "un hombre pasa con el pan bajo el brazo / como hablar luego del psicoanálisis....."
- Si lo recuerdo. Termina diciendo : " cómo hablar del no yo / sin dar un grito "
- ¿Y como hablamos Eduardo, de la cultura ahora ?
- Y bueno, primero hay cosas mas primarias que la cultura. Evidentemente socorrer a estas personas. Los que trabajamos en la cultura sabemos que por un tiempo quizás no vamos a ser muy considerados. Aunque, como lo decía también Vallejo, el hombre no solamente es un animal que se nutre para su comodidad, sino que también necesita tener un costado para su sensibilidad. Y ese costado se lo dan los artistas, los poetas, los pintores, los músicos, los bailarines, las bailarinas.....
- Un día, hablando de tus prohibiciones, tú me decías que habías creado un verbo : "yo paduje".....
- Es así. "Yo paduje" las prohibiciones. Yo estaba haciendo un ciclo de recitales y programando otros en el Ciclo de Canto Popular que dirigía Victor Cunha en la Alianza Francesa. Un día me llega una citación para la Jefatura de la Policía. El por entonces Director General de la Alianza Francesa, Pierre Brossard me dice que me va a acompañar y me dice : " mire Darnauchans, yo no puedo creer que ud. por ser un hombre de ideas tenga estos problemas ". Allá fuimos los dos y me comunican que no puedo cantar ni hacer presentaciones en publico en todo el territorio nacional, ni a tener pasaporte.. Viví muy duramente esos años, esto fue a partir de 1979, yo no pude vivir los momentos de auge del "canto popular", yo no pude hacer "palacios peñaroles", por ejemplo....Yo me quedé en las élites, si bien reconozco que mi arte quizás no sea para mayoría y por esta razón durante mucho tiempo mi público provenía de la Facultad de Humanidades y de los estudiantes de Letras. "Yo paduje" la dictadura, tantas cosas....."yo paduje Los Iracundos" decía yo. Estuve prohibido desde el 29 de mayo de 1979, hasta principios del 84. Y no es resentimiento, pero a mi cierta dictadura me robó la juventud, y yo no sé como se puede resarcir eso.....
- Y la patria chica, ¿Tacuarembó ?
- Ya no tengo más recuerdos. Ya se terminó todo. Tengo tíos y primos muy queridos, mis sobrinos y sobrinas están todos acá y mi queridísima hermana. Tengo amigos muy queridos pero a los que no he vuelto a ver. Hace casi veinte años que no voy.....fui a cantar solo dos veces desde el año 71 que me vine a Montevideo. No me invitan. Hay sí una calle que lleva el nombre de mi padre según me contó mi hermana. Le dieron una calle en un barrio "Don Audemar", no se si seguiría llamándose igual. Era un asentamiento eso, donde mi padre trabajaba mucho para los chiquilines de esa zona.
- ¿Llegó a escuchar PAGO tu papá ?
- Llegó a escucharla. Después compuse las dos ultimas estrofas, pero un día no me pude contener y se la canté casi toda. Me emociona mucho esa canción, hace ya mucho que no la canto. Liese Langue hizo en uno de sus recitales una linda versión. En marzo está previsto que me presente en el Teatro Solís, no se si la incluiré en el repertorio, aunque tengo muchas ganas de hacer un repertorio bien hecho...
por el Lic. Guillermo Baltar
Entrevista de Montevideo Portal

Entrevista Radio Centenario (2004)

“Yo llegué a grabar en el 74 un disco que a unas dos, tres canciones había que podarlas porque la temática podía ser nefasta, podría no agradarle a las personas que estaban en el poder. En definitiva no eran más que peones, los que controlaban los medios de difusión eran civiles, estaban a la orden de ese sistema”

Chury Iribarne: Realmente es una satisfacción enorme estar recibiendo en esta mañana al artista, músico uruguayo Eduardo Darnauchans ¿cómo te va?

Darnauchans: Para mí también lo es, muchas gracias por haberme invitado.

Chury: Uno tendría tanto para hablar con Eduardo Darnauchans porque viene cruzando el tiempo desde hace mucho y no fueron tiempos fáciles muchos de esos tiempos que hubo que cruzar, sabemos que muchos conocen eso que hizo Eduardo en esos tiempos difíciles, poniéndole a todo una indesmentible calidad, es lo que lo ha traído hasta estos tiempos con el aprecio de toda la gente. En los próximos meses vaya que van a ocurrir cosas Eduardo.

Darnauchans: Tenemos el comienzo del Carnaval, es un Carnaval extraordinariamente largo que comienza la última semana de enero y después continúa todo febrero, sigue continuando porque muchos conjuntos carnavaleros tienen actuaciones en clubes, en el interior, es todo el año.

Chury: Todo el año es Carnaval, es un Carnaval larguísimo.

Darnauchans: A mí me parece bien que la gente de Carnaval tenga su currito, pero tanto así pasa a ser un currón.

Chury: Yo quería hablar Eduardo de los últimos trabajos tuyos, le quería entrar a este disco sefaradí, ¿era algo que tenías guardado desde hacía mucho tiempo?

Darnauchans: Yo conocí la música sefaradí a través de un disco de Dina Rot, cantante argentina radicada en España por razones obvias, se llamaba "Canciones tradicionales sefaradíes", yo dije ¿cómo es esto?, eran una belleza. Me interesé por eso, no conocí prácticamente judíos sefaradíes, yo conocí más bien acá en Montevideo y Buenos Aires que fue donde residía gente de la Europa Central, pero igual me las ingenié para ir buscando material de música sefaradí. Finalmente durante muchos años de búsqueda, de escuchar, de aprender se dio este disco de música sefaradí, el sello Ayuí lo tomó. Creo que se puede mejorar ese disco y se puede hacer un ciclo de músicas sefaradíes porque el material que tengo es impresionantemente grande.

Chury: Esta es una selección que hiciste de una cantidad mucho mayor.

Darnauchans: Exactamente, el recital duraba incluso mucho más tiempo que eso.

Chury: ¿Qué datos tenés de cómo lo recibió la gente?

Darnauchans: No tengo la menor idea, no lo sé, nunca supe tampoco como recibe el público lo que uno le da.

Chury: Esto lo presentaste en Montevideo, pero en el interior ¿no lo has presentado?

Darnauchans: Tengo el problema de que no se me da el Interior, lo busco y lo busco pero no hay caso.

Chury: Vamos a hablar un poco de estas cosas que ocurren, porque no sos la excepción a quien no se le da el interior. Es difícil en nuestro país o ha sido hasta el momento vivir del arte, muy difícil.

Darnauchans: Es muy difícil. Yo lo he intentado hacer. Yo siempre tenía un trabajo como para mantenerme y la música también. Yo no conozco poetas, escritores, bailarines, pintores, escultores que no tengan un empleo, puede trabajar en Manzanares, puede trabajar en un empleo público pero tiene que trabajar. Yo hace muchos años trabaje en la prensa, trabajé en "Jaque" desde la fundación de Jaque hasta que cerró, lo mismo pasó con "Posdata" hasta que también cerró pero ya escribiendo notas, siendo coordinador de página, me quedaron debiendo un dinero importante. Ahí dije, es ahora o nunca, me voy a dedicar a ganarme la vida de esto. Es muy difícil pero vamos a intentarlo.

Chury: Fuera de micrófono hablábamos de algo bien importante con Eduardo y como los dos la vivimos en Canelones que de alguna manera fue un epicentro importante del canto, más particularmente La Paz, la ciudad de La Paz y su festival.

Darnauchans: Lo que pasa es que la ciudad de La Paz era el epicentro, en realidad también todo el departamento. Ese Festival de La Paz llevaba gente de Montevideo, de Artigas, venían de todo el país. Yo espero que se reedite ese Festival ahora sin tanto problema, que nadie empiece a hacer la revolución o tirar una bomba sino cantar canciones, de eso solo se trata.

Chury: Te habrá tocado llevar tu repertorio allí.

Darnauchans: Mi repertorio no, me hacían llevar -hasta que un día me dijeron no traiga más porque igual no iba a entrar- era por triplicado cada canción y poner los autores, en esa época no había fotocopiadora y muchos no conseguíamos para carbónico, entonces había que pasarla 3 veces a máquina esa misma letra. Si era un recital de 15, 20 temas, bueno.

Chury: ¿Cuándo arrancaste a grabar?

Darnauchans: En el año 72, mi primera grabación fue ese año, ahí empecé a grabar en el sello Sordromo, el disco sale en el año 1973.

Chury: Después ya vinieron los tiempos crudos.

Darnauchans: Pero yo llegué a grabar en el 74 un disco que a unas dos, tres canciones había que podarlas porque la temática podía ser nefasta, podría no agradarle a las personas que estaban en el poder. En definitiva no eran más que peones, los que controlaban los medios de difusión eran civiles, estaban a la orden de ese sistema. Eso implicaba una auto censura y se decía que era "por las dudas".

Chury: Y esa contribución tacuaremboense tan importante.

Darnauchans: Para mí eso es misterioso porque en todos los lugares del interior hay gente, movimientos, siempre minoritarios. La gente del pueblo en realidad está para otra cosa, pero no sé a qué se deberá, se dio ese fenómeno en la década del 60 que fuimos alumnos de Bocha en el Liceo, en el 66, 67, 68, 69. Numa Moraes y yo éramos compañeros de clase, muchas veces armábamos algún "tuquito" en la clase misma. Las clases del Bocha eran sagradas, no se le ocurría a nadie, ni siquiera a los más relajadores tirar una tiza o hacer una guarangada, Bocha ni siquiera custodiaba la clase, él se paseaba por los bancos dando la clase. Estoy hablando de auténticos salvajes, él dominaba a las bestias más salvajes, era tremendo, a nadie se le ocurría copiar en un escrito del Bocha, de repente entregaban una hoja en blanco pero no copiaba nadie. Otra era la profesora de filosofía, que de repente venía hablando de un tema como el mito de la caverna de Platón y quedaba en silencio, miraba hacia el infinito y casi no volaba una mosca y decía "¿perdón de qué estaba hablando?, ya sigo chiquilines".

Chury: Vamos a dar lectura a algunos mensajes que siguen llegando, Dulcinea dice un gran abrazo para Darno y Patricia.

Darnauchans: Yo me acuerdo muy bien de Dulcinea, ella siempre se acuerda de nosotros y nos deja unos hermosos mensajes en el contestador de casa.

Chury: Ella dice que le pareció hermoso lo del Teatro Solís, estaba repleto y que terminen vos y Patricia muy bien y empiecen muy bien el 2005. Mirta pregunta ¿no cree que los cantantes tienen muchos temas actuales para componer sus canciones?

Darnauchans: La verdad que temas para hacer canciones hay muchos, es así.

Chury: Darnauchans es un hombre de la canción, es un hombre de la cultura y hay una expectativa y es bien lógica en torno al gobierno que se instala el primero de marzo y donde la cultura tendrá que jugar un rol preponderante entre tantas otras cosas.

Darnauchans: Mirá Chury, yo pertenezco al Frente desde su fundación, la primera elección donde yo voté fue en el año 71, yo voté con bandera verde en Maroñas porque cumplí un 15 de noviembre mis 18 años y voté un 28 de noviembre, estaba en el tramo de los que entramos en el final. Lo primero que hice en mi vida fue ser delegado de mesa del Frente y todo lo demás y siempre estuve para la parte unitaria del Frente Amplio, pese a que yo siempre estuve en mi propio partido, pero siempre me gustó la unidad y eso fue lo que triunfó. Lo que triunfó no fue un sector o un sistema de ideas -por no decir ideología que es otra cosa, el mejor término es sistema de ideas- sino que fue la unidad del pueblo en torno de repente a la figura de Tabaré. Yo tengo muchas esperanzas cifradas en este gobierno que se va a inaugurar el primero de marzo, van a estar los nombramientos allí, pero no esperemos para el 2 de marzo que el Uruguay se ponga patas para arriba, que se cambie todo porque es imposible. Como hombre de la cultura se que hay urgencias graves en el país. Uno lo ve por la televisión, pero hay que estar como hay algunos compañeros que están en los barrios carenciados de Montevideo, pero no conocemos como será esto en el interior que siempre es peor todavía porque hay un agregado de más tristeza. Esa es la prioridad uno, comida y techo para esa gente, después veremos con la cultura qué pasa. La verdad es que la cultura siempre ha estado apoyando a la izquierda, al Frente desde que se formó, la izquierda de este país, no el centro izquierda sino la izquierda de nuestro país, la que gano las elecciones. Creo que el gobierno tiene prioridades, las autoridades nacionales y municipales, yo doy por descontado que se va a ganar la Intendencia de Canelones, pero va a haber que pelearla en Maldonado y en otros lugares también, tengo esperanzas.

Chury: Pero asoma Canelones como la esperanza mayor.

Darnauchans: Eso es así, creo que nosotros tenemos que saber esperar un poquito porque las prioridades no son los músicos que puedan salir de gira. La realidad es tan destrozante que va a haber que combatir contra ella.

Chury: Y que haya trabajo con salarios dignos, eso es absolutamente primordial, y esto ayuda mucho a la cultura.

Darnauchans: Aunque siempre va a estar la cultura, eso es lógico.

Chury: ¿Estás preparando algún trabajo en este momento?

Darnauchans: Si, tengo para febrero meterme en el estudio, cosa que hace 15 años que no hago, todos estos discos que he grabado han sido en vivo. Voy a grabar unos 15, 16 temas que fueron los que me pidió Ayuí, un disco de aparcería, una medianería. Es compartir una producción, como tropear juntos, también se utiliza en la música, aparcero que es que uno ponga la letra y otro ponga la música. Tengo infinidad de canciones que tengo que elegir 15, 16 para poner en ese disco que se va a llamar "Los unos y los otros".

Chury: Si te metes en el estudio en esa fecha habrá que esperarlo dos o tres meses después.

Darnauchans: Si, claro, entre abril, mayo por ahí.

Chury: Es una satisfacción que puedas tener una producción y que la puedas editar, en este país se ha vuelto muy difícil el poder editar.

Darnauchans: No te olvides que yo grabé el primer disco en el 72, o sea que tengo una carrera larga, mi primer recital lo hice en el año 71 con 17 años, en el teatro Stella de Italia.

Chury: Ángel de Paso Carrasco te manda un gran saludo y que es un placer que estés de invitado en la radio.

Darnauchans: Muchas gracias Ángel, el placer es mío de que tu me envíes un abrazo.

Chury: Eduardo Darnauchans, te agradezco mucho que hayas venido a visitarnos esta mañana a Radio Centenario.

Darnauchans: Por favor, a las órdenes siempre.

www.radio36.com.uy

Ser en Sansueña - Luis Cernuda

Acaso allí estará, cuatro costados
Bañados en los mares, al centro la meseta
Ardiente y andrajosa. Es ella, la madrastra
Original de tantos, como tú, dolidos
De ella y por ella dolientes.

Es la tierra imposible, que a su imagen te hizo
Para de sí arrojarte. En ella el hombre
Que otra cosa no pudo, por error naciendo,
Sucumbe de verdad, y como en pago
Ocasional de otros errores inmortales.

Inalterable, en violento claroscuro,
Mírala, piénsala. Árida tierra, cielo fértil,
Con nieves y resoles, riadas y sequías;
Almendros y chumberas, espartos y naranjos
Crecen en ella, ya desierto, ya oasis.

Junto a la iglesia está la casa llana,
Al lado del palacio está la timba,
El alarido ronco junto a la voz serena,
El amor junto alodio, y la caricia junto
A la puñalada. Allí es extremo todo.

La nobleza plebeya, el populacho noble,
La pueblan; dando terratenientes y toreros,
Curas y caballistas, vagos y visionarios,
Guapos y guerrilleros. Tú compatriota,
Bien que ello te repugne, de su fauna.

Las cosas tienen precio. Lo es del poderío
La corrupción, del amor la no correspondencia;
y ser de aquella tierra lo pagas con no serIo
De ninguna: deambular, vacuo y nulo,
Por el mundo, que a Sansueña y sus hijos desconoce.

Si en otro tiempo hubiera sido nuestra.
Cuando gentes extrañas la temían y odiaban,
y mucho era ser de ella; cuando toda
Su sinrazón congénita, ya locura hoy,
Como admirable paradoja se imponía.

Vivieron muerte, sí, pero con gloria
Monstruosa. Hoy la vida morimos
En ajeno rincón. Y mientras tanto
Los gusanos, de ella y su ruina irreparable,
crecen, prosperan.

Vivir para ver esto.
Vivir para ver esto.


Luis Cernuda

No dar cantos dylaneanos - Omar Tagore


Quiero deberte una canción, trovador,
sin merecer adeudarte nada serio
más que este arduo paraguas contra el dolor
que una noche olvidaste en el presbiterio.

Una corte de energúmenos y mirlos
desvariaba detrás, camino a la torre
te ibas con aguacero y sin oírlos
-vendrás un día que Olvido no te ahorre-

Y volví al árbol con tu oscura herramienta,
en medio del desastre, el aire del sur,
delirio clus que la brisa amarga inventa
para un solista que termina su tour.

Una vez me creí un suicida en salud
Y sin amor ni trabajo ni asideros
vi en mi sombrero caer todo el alud
rima cara era ataúd y no en dineros.

Vez en que lloré, borracho y en guerra,
en la cama que una vez durmió Belchior.
Nene de mamá con mamá bajo tierra
fui esa madrugada en casa de il miglior.

Quiero dejarte esta canción, trovador,
y aunque de mí ni te acuerdes la deslizo
en la ranura de tu razón de amor
por aquel Lautréamont que mi hambre deshizo.

Pienso en un hangar sefar-etrusco-búdico
poblado de gauchos drogatas y Alicias,
un Dante escénico y un príncipe lúdico
y las sombras del Jardín de las Delicias,

donde irán los hombres de ningún lugar,
la noche de Antoine olvidada, el desvelo,
los celos de una Melusina de Bar,
Cthulhu y la caja de especias del subsuelo,

el abandono en Donovan, el alcohol,
el valium, Cuñapirú, el humo hecho ideas,
los estruendos de gallinas en Si bemol,
lugar donde encallan lápidas hebreas.

Quería debértela, buen trovador,
si bien para que la oigas es muy tarde;
por eso en un sobre la arrimo al albor
con los ojos cerrados del gran cobarde.
Omar Tagore

Muerte dribleada - Salvador Puig

a Eduardo Darnauchans
Toda la muerte cerca a un niño
que le hace una finta,
se le escapa, la descoloca,
no suelta la pelota.
No me compliques la vida,
dice la muerte.
Y el niño se le ríe en la cara.
Salvador Puig

Hijo del insomnio (2007)

Durante buena parte de los 80 nos sentamos con el Darno varias horas por semana a componer, metódica e incluso obsesivamente. Una guitarra cada uno y sin ninguna precisa. Algunas cosas evolucionaron y se metamorfosearon en canciones suyas, otras terminaron embebidas en piezas mías. Una canción producto de esas sesiones, letra del Darno y música de un servidor, intitulada Murga y Madrugón alcanzó a ser grabada por Larbanois Carrero. Otras andarán perdidas y afónicas en viejos casettes.
Suya fue la voz en la música que me tocó componer para La Vida es un Sueño, por la Comedia Nacional, dirigida por Schinca. Siendo musicalmente muy distintos, su insistencia en la necesidad de una melodía fuerte ha sido una influencia benéfica en mis composiciones. Pero su mayor influencia (no sólo en mí) fue la de seguir y seguir y seguir, horas, días, noches, buscando la inalcanzalbe perfección. Especialmente en la esquiva fusión de letra y música.
Darnauchans fue extremadamente coherente en su arte, tremendamente exigente en materia de letras (el más exigente, junto con Fernando Cabrera). Y fue muy fiel a sus fuentes: Dylan, Donovan, Cohen, el francés Antoine, la música medieval, entre otras. Pero también los poetas, desde Ezra Pound a W. Benavídes, y desde Víctor Cunha a Virgilio. Desde allí sabía abrirse y absorber otras influencias, con mucha cautela. No metía algo hasta no tenerlo super digerido, como los acordes suspendidos en Ya no soy del norte, ciertas audacias en El trigo de la luna, o el final atonal en Nieblas y Nieblinas.
Compartir los placeres de la cultura fue lo mas específico e incanjeable de aquellas sesiones, anticuado disfrute, sin duda, a la luz de estos tiempos. El Darno alcanzó su primer pico de popularidad con los arreglos pop del maestro Jorge Galemire en Sansueña. Ese fue un sonido que lo marcó y que, más que nada, marcó a su público, que lo siguió reclamando. Su cima creativa, sin embargo, la alcanzó en los trabajos que hizo con el respaldo conjunto del ductil Carlos Da Silveira (su guitarrista desde que tenía 15 años, allá en Tacuarembó) y el sabio Bernardo Aguerre, más la frecuente presencia de Fernando Cabrera como arreglador, coautor o productor.
Las guitarras tan orgánicas y sensibles de Aguerre y Da Silveira son la trama sobre la que se apoyó la mayor parte de la música tocada (y grabada) por el Darno. Como su ídolo, Bob Dylan, también se dio el lujo de una banda rockera, con Aguerre y Da Silveira en las guitarras, Recagno en el bajo, Etchenique en la batería y Gregorio Bregstein en el saxo.
De su última etapa, con A. Ferradas, no puedo opinar con propiedad. Es casi imposible entender al Darno, sí entender su voracidad literaria y cultural en general, con preferencia por la literatura, el cine y la filosofía. Estaba en su salsa perorando en El Lobizón, rodeado de admiradores de todas las edades, sobre poesía provenzal, Ezra Pound, Rimbaud, Baudelaurie y los Rolling Stones. El Darno también era de Peñarol y Comunista. Ambas fueron adhesiones viscerales, y acaso paradojales, en alguien que era tremendo patadura y, como militante, inexistente. Su adhesión porfiada al PC siempre me resultó más bien producto de una fe idealista en la utopía inmaculada y de una total imposibilidad suya de reconocer la corrupción de esos sueños en la realidad, real y soviética. Nunca cayó en la tontería de llamar "hijos del imperio" a los rockeros, ni se degradó a los niveles del sectarismo y la intolerancia. Quizás debido a que también adornaban su ideología ciertos matices de un anarquismo idílico e ilustrado. Respetando sus lealtades, sus amigos lo dejaron en la tumba con la bandera roja y una canción de Bob Dylan. En Chicago me tocó darle la noticia a Jorge Drexler y capearla juntos, como pudimos. Nos quedan, indestructibles, las canciones del Darno.

Elbio Rodriguez Barilari
Sabado Show - 24 de marzo 2007

Ay, hermanito, hermano... (2007)

[...]
«Ahora bien, ya que te estoy hablando después de tanto tiempo, quiero parafrasear a Lorca y decirte: ¿Hacia dónde apunta tu barba esta noche, Darnauchans? ¿Apunta a tus canciones, las más bellas, o a esos locos que en tu locura usabas/cobijabas? ¿Qué harán ahora esos vampiros/secretarios, ahora que fuiste y te moriste? ¿Ahora que has muerto sigues teniendo en la mesa de luz los nueve libros de la historia de Herodoto? ¿Hay mesa de luz en el cielo, el infierno o donde sea que estés y que no estás? ¿Estás adormecido en tufaradas de whisky, como tú mismo antes, en un sillón, mientras la muerte te pegaba en el costado y ni siquiera te diste cuenta? ¿De qué lado de la historia estás parado, o acostado, o cenizas simplemente? ¿Del lado que dice que murió uno de los más grandes creadores que esta mala madre patria ha tenido o del lado estúpido del pensionado graciable, de la colecta pública, de la comida que faltaba pero nunca el alcohol?
La verdad es que tu barba no sé adónde apunta, pero tu corazón, eso que dicen que te falló (¡qué tontos!), me parece que sigue apuntando a esa muchacha, a ese muchacho, que te dicen una vez y otra, interminable renovada fila, que se han amado, salvado, vivido, sobrevivido y sobremorido, juntado, consolado, o lo que sea, por exclusiva obra y gracia de tus canciones»

[...]

Víctor Cunha
Brecha - 23 de marzo de 2007

Entre el micrófono y la penumbra (2007)

[...]
«De niño, Eduardo soñaba con ser arqueólogo y egiptólogo. Su madre le hacía escuchar Pedro y el lobo de Serguei Prokofiev que a Eduardo le fascinaba. De adolescente quería ser arquero. 'Tal vez porque es un puesto muy solitario', me dijo un día.
La isla del tesoro de R L Stevenson fue el libro que más le impactó en su niñez. Y los domingos concurría a misa.
Cierto día, junto con el poeta Eduardo Milán, se acercó hasta el Club Tacuarembó donde el grupo de teatro independiente El Juglar ensayaba El debut de la piba, un sainete de Roberto Lino Cayol, dirigido por Miguel Gioia. En la obra personificó a Venancio e interpretó la canción "Porque me se da la gana". Con el mismo grupo realizó tiempo después En un cerco sutil, basada en La morsa, de Luigi Pirandello. Eduardo interpretó al personaje Andrés Fabre, al tiempo que cantaba una canción titulada igual que la obra.
En 1968 debutó cantando en el programa El club de las 11, que se emitía los domingos a las 11 de la mañana en CW 153, Radio Tacuarembó. En esa misma emisora hizo las veces de disc-jokey, media hora por semana, en el programa Happening. Y tuvo un grupo de rock. Se llamaba The Glass of Water y sus compañeros en la aventura musical fueron Mario Crespi, Gustavo Baisón y Eduardo Milán.
Una última anécdota. En 1970, el día que se presentaba en el Festival de la Canción Joven en el Club Tacuarembó, antes de salir guitarra en mano, su madre le dijo: "Pensá que también podés perder". Pero Eduardo fue elegido mejor intérprete -lo que le abrió las puertas para firmar contrato con Sondor para grabar Canción de muchacho-.
Sin embargo esa frase, con el tiempo, adquirió vital importancia en su vida: "En aquel momento no me afectó. era simplemente la lectura de un adolescente que, guitarra en mano, se presentaba en un festival y podía perder. Con el paso del tiempo me di cuenta de que también podía perder en otras cosas", me confesó»

[...]

Nelson Díaz
Brecha - 23 de marzo de 2007

Por mi amigo (2007)

[...]

«Todo esto viene por querer evitar el sinsentido de decir: Darno, no me sale nada.
Da miedo y duele tu muerte. Guardo la alegría de la amistad posible hasta que también desaparezca, una especie de honor de haber compartido contigo unos momentos de esta transitoriedad que aterra y es hermosa»

Eduardo Milán
Brecha - 23 de marzo de 2007

Strawberry fields forever (2007)

[...]

«Ignoro cómo hacerlo. Si existen las palabras, no las sé. acaso si esse otro camino fuera más fácil, si decir la reputamadrequelosremilparió y quedar un rato largo así en silencio ayudara. Pero no. Por eso recurro a nombres de discos y cantantes. A fechas y datos de la peor Trivia. A épocas de un más escondido espanto. A cuando no sabíamos lo que venía.
No tengo otras palabras».

Fidel Sclavo
Brecha - 23 de marzo de 2007

Si me ves llorar no me interrumpas (2007)

«El día que pasé los 40 años en lo único que pensé era en que le había ganado a Lennon. ‘No puede ser’, me dije. ‘Qué derecho tengo yo a tener más tiempo en este mundo que él.’ Después, a los 42, le había ganado a Presley. Yo siempre conté los años así. Por eso ahora que cumplí 53, pienso en llegar a los 55, que fue la edad que tenía mi padre cuando falleció»
«Esa barba es la de un adolescente que recién le empieza a creer y no se la afeita nunca. Fijate que casi no hay bigote», explicaba mirando la foto de portada, desde la que mira un adolescente de curiosa barba casi monacal, boina, traje y corbata. «La boina no es tal, sino que es una gorra de pana negra con visera, que usaba porque sufría de una erupción en la piel. Y la corbata me la puse porque me gustaba, aunque no estaba de moda usarla. Más bien eran ya épocas de camisa abierta y pecho al viento»
«Si me ves llorar no me interrumpas, voy a estar leyendo a Shakespeare»
«Soy una mezcla de católico-jesuita con bolchevique del ‘17, socialista del 4 y zen de acá nomás. Lo que se dice un verdadero monje»
«Me prohibieron en mi plenitud, el 29 de mayo de 1979» «Me acuerdo del día exacto que sucedió, porque fue un día antes de la muerte de mi padre»
«Desde que escuché Beatles for sale, el primer disco que compré yo, en mi vida nunca faltó el rock. Aunque no sé si Los Beatles llamarían rock a lo que hacían. Porque rock es Chuck Berry y Jerry Lee Lewis. Digamos entonces que lo que nunca más me faltó fue cultura rock»
«Cuando terminé la secundaria me fui a Montevideo a seguir la carrera de medicina, la de mi padre. Pero no debo haber ido nunca a la facultad. Me perdía por ahí» «Más bien bares, muchos bares. Y sexo también. Pero era de beber hasta que cerrasen los bares. Y a veces quedaba del lado de adentro»
«Me hicieron unos cuantos electroshocks, eso no es nada dramático» «Te hace perder los recuerdos que no querés perder y no te hace olvidar esas cosas que sí querés olvidar. Sobre todo, te jode mucho, te duele hasta el apellido»
«Soy un hombre sin memoria» «No tengo derecho a acordarme cómo era la calle Mercedes en los años ‘50, porque no lo viví. Cabrera o Roos son músicos con memoria urbana y pueden recordarlo, porque son de aquí. Pero yo soy un hombre de ninguna parte»
«Desde mi primer disco y hasta Zurcidor grabé en el sello Sondor, que por entonces tenía los derechos de la CBS. Así que puedo asegurar, ya que lo sé de primera mano, que toda la música uruguaya de aquellos años estuvo subsidiada por Roberto Carlos» «Yo le decía al dueño que había un pibe que pintaba bien en el catálogo, llamado Bob Dylan. Pero el tipo no quería saber nada»
«Me agarró una especie de terror al estudio de grabación, al que me gusta llamar la caverna lunar. Porque no es como el escenario: no estás rodeado de gente y no hay luces. No es que hayan sido muy importantes al comienzo de mi carrera, pero después de la prohibición se me hizo cada vez más difícil entrar al estudio, me agarró una especie de rechazo»
Tomado de El auténtico decadente

Los timbres teléfonos despertadores - SMU

Palabras de Eduardo Darnauchans:

«yo le debía esta canción doctor»

Yo quisiera regalársela al SMU pero no se puede por cuestiones legales. Debería ser más sencillo. Es más fácil robar una cosa que donarla.

Mi padre era médico del SMU como casi todos los médicos. Hay médicos que no lo son, pero como decía el amigo Vallejo: «Allá ellos, allá ellos, allá ellos».

Es una institución noble que forma bien a la gente. Representa a un gremio que es amado y odiado, como el gremio médico. Hay médicos que se merecen ser odiados y hay médicos que no tenés con qué pagarle, porque con tres palabras te solucionaron un problema. Mi padre fue un médico de campaña, allá entre Rivera y Tacuarembó, de Corrales a Cortinas, cuántas leguas quedarán.

«yo le debía esta canción a usted»
Nunca cambió de auto. Un Volkswagen del 63. Era su orgullo porque era alemán, no era brasilero. Pero nunca tuvo más que eso: una casa, un auto, una mujer y dos hijos.

Como la mayoría de los médicos son así, y los que integran el SMU son así, yo intento simbólicamente saldar una deuda, porque eso es evidentemente la canción Pago. Pago es un lugar donde uno nace y también es saldar una deuda.

Muchas veces en épocas de gallinas gordas al médico se le pagaba con una gallina. Después no se pagó con gallinas gordas porque no había más y vino la época de las gallinas flacas. Sí las vacas gordas, pero esos no eran pacientes de mi padre. Por todos esos médicos, por lo que implica el Sindicato Médico, como institución, por lo que implica AGADU como institución, yo quería hermanar estas instituciones que defienden cosas. Como dijo Sandino: «Alguien tiene que hacerlo».

Tal vez un marxista horrible me diría que soy voluntarista, pero los marxistas no horribles no lo dirían.

«de tu infancia nada sé una fotografía amarillenta aquel silencio de tu padre»

La inmensa mayoría son así, como mi doctora Olga Hernández, que me atiende a la hora que sea, en mi casa y no me cobra nada. Es el honor de la Medicina y me lo decía Macedo que cuando cierto personaje le pide al centauro que le enseñe algo, no le pide que le enseñe ser médico sino las artes médicas. Si hablamos así estamos introduciendo la mitología y el arte, la cultura en el sentido más profundo, y no que un médico te puede atender 5 minutos, «use esta cremita y váyase» y eso no es así. Creo que el espíritu de la mayoría de los médicos es consolar al prójimo. Si tú no tienes cura. Yo intenté estudiar medicina, hice un año de Facultad, por allá en el 71 y secretamente acudía nocturnamente a la Facultad de Humanidades que quedaba acá en el puerto. En ese edificio. No sé qué van a hacer con él. Sería bueno que hicieran viviendas para los pescadores y para la gente que trabaja en el puerto, pero eso depende de autoridades, que no son del Sindicato Médico ni de la IMM.

«el asma de tu madre que heredé acaso un mundo verde de árboles»

Uno sabe que su enfermo se va a morir y que no tiene vueltas. De esto hablaba Macedo en un artículo hace años. Contra la muerte no se puede, pero sí el médico puede consolar a su paciente, apoyarlo, estar con él, decirle «¿no se quiere tomar una grappita? No tome cinco.» Porque en definitiva ya está vendido el pescado. Pero no la tiranía médica. A mí me dijeron una vez que yo, por ser asmático, tenía que vivir para afuera de Propios, forrar todo con pantazote, almohadas, colchones. Pero yo tengo una mujer que no es asmática, ¿cómo hago? Cualquier mota de polvo. Eso se llama dictadura médica.

Tengo un perro cocker lleno de pelos, porque tengo derecho a tener un perro y tengo derecho a toser y tengo derecho a morirme y a vivir. La mayoría de los médicos de este país me van a decir lo mismo. No el gran médico que tiene cinco autos y tres amantes. Tiene uno para cada amante, uno para él y otro para la mujer y que yo los conozco porque fueron compañeros míos de Facultad. Pero esos no son a los que está dedicada la canción, está dedicada al tipo que va a tomarle la presión a un viejo o a salvar la vida de un niño.

«y caballos caballos caballos»

Mi padre es un pretexto, es uno más de los que entregaron su vida a la Medicina, o a salvar al prójimo o a consolarlo, que es lo más importante. Tú no tienes salvación y si tomas un medicamento capaz que te salvas.

Mi padre no tuvo buenas migas conmigo porque él quería que yo fuera médico o escribano o abogado o alguna cosa por el estilo, porque a él le había costado mucho ser médico. Mi padre celebraba más sus exámenes ganados en Facultad, porque podía vender los libros. Porque su padre, que no era hombre pobre, quería que él fuera escribano y él quería ser doctor en medicina. Entonces no lo mandó a la escuela. Mi abuelo, allá por cuchilla de Manguera, La Calera, había designado los destinos de los hijos. Su hija mayor iba a ser profesora de francés y pianista, mi padre venía después e iba a ser escribano y así sucesivamente. Pero mi padre no quería ser escribano, quería ser «dotor». Tuvo que esperar hasta los 18 años para ir al liceo de Tacuarembó sin haber aprobado la escuela primaria y dando un examen de ingreso.

Si tú entras con 18 años a primero de liceo ya te robaron un montón de años. Eso no está en la canción pero está bueno que lo sepan algunos, que hay destinos prefigurados, pero el tipo quiso ser médico y atender al prójimo, como la mayoría de los médicos. Para ver qué pasa y si se puede y si hay medios y si hay que enterrarse hasta la verija y tenés que pedir un jeep al cuartel, cuando el cuartel era el cuartel, antes del 68, también se hacía. El sentido profundo es ese. Yo no escribí una canción a la muerte de mi padre. Las dos últimas estrofas sí las escribí después que murió.

«y tus ojos hundidos que releen releen releen! oh tocador de armónica»

Yo pude cantarle a mi padre, porque comprendió que yo podía ser un músico, pese a que él no estaba de acuerdo con que yo fuera músico. Él me podía pagar una carrera universitaria y aunque fuera Licenciado en Letras. Tener un diplomita. Porque para él era importante eso, le costó mucho. Mi madre le tejía pulóveres, era su novia en Tacuarembó y él los vendía secretamente. Y su padre quería que fuera escribano.

Y quería ser médico y fue médico y fue médico pobre. Allá en Minas de Corrales, en la lejana Rivera, tenía un teléfono, porque tenía que tenerlo, para la asistencia. La canción la escribí en el 79. Yo estaba un poco mal de la cabeza, y papá en lugar de meterme en una clínica psiquiátrica me dijo que me fuera para allá, «que no te hagan electroshock, veníte para acá». Papá murió un 30 de mayo y el 29 de mayo me prohibieron en Jefatura y nunca se enteró. Habíamos llegado a un acuerdo. Él era médico y yo era cantante. Que de alguna manera éramos parientes a nivel profesional, aparte de ser padre e hijo o hijo y padre. De alguna manera lo importante era acompañarlo, sanarle el alma. Si el cuerpo estaba deshecho no se puede hacer nada, pero agarrar el hombro del prójimo y decirle. «Vamo arriba, Mi amigo, tómese una grappita». Y yo hago lo mismo. La misión del músico es acompañar a su prójimo, en las buenas y en las malas. Sobre todo en las malas.

«de polcas de rivera y en un pie sentado en mis seis años parado en la mitad de mi niñez»

Se supone que yo soy una persona bajoneante, pero creo que no hay una persona que tenga mejor humor que yo que soy capaz de ir hasta Groenlandia para traerle un cubito de hielo a su mujer. Como lo dice el amigo Leonard Cohen en su canción «I'm your man» que significa eso: soy su servidor. Lo mismo que es un médico o debería serlo. Porque hizo un juramento que se llama hipocrático. Todavía existen médicos que si tú no llevas la orden de la sociedad médica igual te atienden, y pasan una hora contigo preguntándote qué te pasa y te dejan expresarte. Por los que piensan de esa manera yo quise hacer esa cesión de derechos, que es simbólica. Mi padre trabajó como médico en Montevideo, en Rivera y Tacuarembó. Es interdepartamental. Mi padre murió en el hospital, estaba auscultando a un chiquilín y le vino el primer infarto. Pero no había cama de adultos y estaba en una cama de niños y el tipo tenía un infarto masivo y a los diez minutos murió. Mi padre era categoría B. No lo echaban pero no podía ascender Ahora los directores de los hospitales tienen muchas veces 30 años. Es un cargo político y lo digo sin ningún tipo de resentimiento y menos contra los médicos.

«cómo quisiera levantar un edificio de sonidos y de amor»

Se supone que un militar en aquel momento no peleaba contra nadie, sólo pedía documentos. Era muy interesante una guerra de esa manera. Pedir documentos y llevarse gente a la cárcel. ¡Qué bárbaro! ¿No? Mi padre murió en el campo de batalla, pero no lo ascendieron en el cargo, los que pelean por la vida no tienen un grado más y la mujer no queda con una pensión. Mi padre murió en el hospital atendiendo a un chiquilín. Y le venían a preguntar cómo era un infarto. Mi padre describió puntualmente lo que tenía y murió.

Las dos últimas estrofas son en tono elegíaco y menciono a San Juan de la Cruz, lo de la experiencia mística, un no sé qué que queda adormeciendo. Pero le pude hacer escuchar lo anterior y ahí nos arreglamos. Tú eres un músico y yo soy un médico. Yo tenía unos 24 años. No es casual la lectura de Pago y Pago. Las estrofas antepenúltima y anteantepenúltima las escribí en el viejo galgo de la Onda. Es una milonga. A mi padre no le gustaba mucho la música culta. Sí Osiris Rodríguez Castillo y Atahualpa Yupanqui. Leía a Julio da Rosa y si no Batlle y el batllismo. Fue batllista toda la vida en el sentido batllista de la palabra. Porque sabía que la gente pobre de la ciudad también tenía derecho y no como los blancos que siempre hacen vialidad y cada tanto asfaltan el camino hasta la estancia del amigo.

«guárdela dentro de su maletín».

PAGO

(A: Pedro E. Darnauchans Brum)

yo le debía esta canción doctor
yo le debía esta canción a usted
yo le debía esta canción doctor
guárdela dentro de su maletín

de tu infancia nada sé una fotografía amarillenta aquel silencio de tu padre el asma de tu madre que heredé acaso un mundo verde de árboles y caballos caballos caballos. yo supe que al dejar Testu comías pan francés y arroz con leche y para espantar espantos colgaste un esqueleto en la azotea imagino tu delgadez y tus ojos hundidos que releen releen releen. / oh tocador de armónica de polcas de rivera y en un pie sentado en mis seis años parado en la mitad de mi niñez enciende luz consuélame di que no hay nada en la oscuridad di no hay diablo no hay diablo no hay diablo. en minas de corrales fui aparcero de extrañas pesquerías con que cansabas tu cansancio llenándote el ford t de tarariras y el sueño del dorado los quilos de un suribí y el agua y el agua y el agua. yo sé que andás manejador volando por caminos vecinales en una media esfera blanca volkswagen milnuevesesen-taytres no vas por un negocio va un viejo estetoscopio auscultar auscultar auscultar. /cómo quisiera levantar un edificio de sonidos y de amor cantarte un tango eterno durando más que el bronce mi canción pero me quedo mudo juan de la cruz balbucear balbucear balbucear. qué tengo yo que cantarte si tienes tus tan tuyas melodías hechas de risas y de llantos y:

-.gracias

maldiciones y alaridos sinfónica sirena timbales de un corazón y los timbres teléfonos despertadores.

It´s all over now baby blues (2007)

CARTA DE MACUNAÍMA SOBRE DARNAUCHANS
It´s all over now baby blues
08.03.2007

Hoy, de madrugada un pedazo de aquel muchacho que fui alguna vez, se murió con Eduardo Darnauchans Miralles, que ya lo diJo el gordo Troilo mucho mejor que yo, que uno no se muere de golpe, se va muriendo de a poco en cada amigo que se muere.
(Carta de Macunaíma)

A las 6:45 mi compadre Julio César Corrales me llamó para darme la noticia, yo estaba ya en camino a Maldonado a una reunión por razones de trabajo. Ahora he vuelto a casa y estoy escribiéndoles como para hacer el duelo que hice, y que empiezo a hacer, por un compañero que, por serlo, lo ha sido todo a lo largo de casi 37 años.
El Darno ha sido mi camarada, mi parceiro, mi enemigo cordial, mi amigo fiel, mi hermano (todo compañero es siempre un hermano), un copiloto de ruta en las autopistas del miedo durante la dictadura, y fue también, entre otras cosas, testigo de mi casamiento. Hace muchos años que nos hemos ido confundiendo en vínculos y lazos de afecto y de convicciones, aunque yo ya no lo acompañara en una que compartimos muchos años, y que él no perdía la esperanza de que volviera a ser mía.
Estos últimos días, después del deceso de su mujer, Patricia Gonzalez, he estado al tanto de todo sobre él, como lo he estado siempre, gracias a esa mujer solidaria y entrañable, Graciela Irazabal, Chichila, mujer de encaje y de hierro, que desde donde estuvo y está ha velado siempre por el Darno. La semana pasada me dijo "Está en Villa Carmen, está bien andá a verlo, le va a hacer bien". Oí su voz durante todo el viaje de regreso al lado del Flaco Urruzola, "dijiste que irías a verlo el lunes, andá que está bien, andá a verlo".
Amigos, seré sincero, no fui, no quise ir, me inventé excusas, tareas, asuntos, algunos reales y otros pura ficción. No fui. Volví a mi casa, me metí en los asuntos de mis hijos, mi mujer, mi música, mis libros. No fui a ver al Darno, al amigo querido entre mis amigos queridos.
Dejenme decirles, y no son excusas, que he estado especialmente rodeado por la muerte estos últimos meses. A dos pisos de mi casa, vivía el Sacha Previtali quien ha fallecido de cáncer de pulmón apenas una semana y poco atrás. Todos los días temo encontrarme con su viuda y sus dos hijos pequeños, 8 y 6 años, porque, sinceramente, siento que no me da el cuero para tanta tristeza.
Nunca he sido un flojo, ni un desertor y, muchísimo menos, un traidor, pero esta flaqueza de ahora responde a una temporada infernal en la que la Señora Otra anda de ronda. Antes de fin de año se fue el Hugo Cores, vino la enfermedad del Sacha, los múltiples padecimientos del Darno (a los que muchos de ustedes respondieron solidariamente), las bajas de otra gente menos conocida, y la enfermedad de un amigo que todos ya saben quién es, por el que muchos de nosotros, ateos y materialistas, para ayudarlo nos haríamos creyentes gustosamente.
No fui a verlo al Darno, y solo me quedará tangible un abrazo que nos dimos con él en la radio con Julio Corrales. Conocí a Eduardo Darnauchans a finales de 1970, en Tacuarembó. Por entonces, militábamos en la Unión de Juventudes Comunistas, él en liceo local y yo en el IAVA. Eran tiempos de agitación y de insurgencia, nacía nuestro Frente Amplio y en Vietnam se hacían carne viva todas las peores pesadillas del Bosco.
Un muchacho de pelo largo, el cantor local, me encaró y comenzó con aquel tono suyo, tan típicamente erudito, a hablar de Bob Dylan y de Donovan Leicht, escritores de canciones, maestros y hermanos de nuestra generación del rock and roll y la protesta. El montevideano se sorprendió que aquel joven Eduardo Darnauchas, tan cerca del culo del mundo, Tacuarembó me resultaba así entonces, conociera a Eric Clapton, a The Animals, que hablara de la Tropicalia y de Caetano Veloso.
El chico de Tacuarembó se sorprendió que el muchacho morocho venido de la capital, con pinta de obrero portuario (tal era mi penosa apariencia entonces) hablara de los discos de Dylan y de otros, con el mismo conocimiento que algunos pocos del después llamado "grupo Tacuarembó", podían exponer.
Nos hicimos amigos para siempre. Sentados en el cordón de la vereda, frente al local de la UJC, escuchamos al gran Julio Calcagno diciendo unos poemas de Julio Huasi, poeta argentino que se fue sin saludar.
Después el Darno vino a estudiar a Montevideo y nuestra relación se hizo más y más estrecha. Por eso, me permito fatigarlos con estas palabras que entristecen, que pasan un nudo corredizo sobre este miércoles de mierda, de ceniza y hospital, de caballos oscuros que galopan sobre mi corazón.

Ni siquiera las flores


No maldigas el alma que se ausenta
dejando la memoria del suicida.
Quién sabe qué oleajes, qué tormentas
lo alejaron de las playas de la vida.

boomp3.com

Francotirador (2007)



Mauricio Ubal. "Darno es una figura que marcó, con su creatividad, aunque lamentablemente en los últimos 15 años tuvo esa pulseada permanente con el alcohol, que lo llevó a perder mucha vitalidad y potencial. A veces, en este ámbito hay como una especie de regodeo con cierta oscuridad, cierto modo de vida, y desgraciadamente se ensalza toda una forma de vivir que tiene que ver con la bohemia, lo marginal. Esas pulseadas, que son muy complejas, que no responden sólo a un motivo, esa pulseada el Darno la perdió, y la perdió durante muchos años, y logró sobrevivir por años a ese problema, pero lo terminó destruyendo. Y lo único que se me ocurre es eso: una rabia sorda contra esa enfermedad, en definitiva, que se lo llevó".

Víctor Cunha. "Se piensa que cuando uno deja la vida terrenal da lugar al mito, en personajes como Darnauchans. Darno fue un mito en vida, y el mito va a continuar por la obra que lo respalda. Y sin tener el francotirador que era el propio Darnauchans, disparando contra sí mismo. No soportaba ser un cantor de culto porque no se creía merecedor de esa condición. El mito se clarifica ahora. En lo personal lo veo como el fin de una pesadilla. Estábamos peleados desde hace años, porque él había tomado la decisión de destrucción que yo no podía aceptársela. El motor de la paradoja: el tipo que se autodestruye pero genera vida. Los chiquilines viniendo a decirle `Vivo porque escuché tus canciones`. No debe haber cosa más grande".
El País

Hasta pronto

Hoy te has ido, Trovador.
Quien sabe qué fantasmas han venido por ti.
Vinieron a buscarte y tú, probablemente, no opusiste resistencia.
Mañana, no sé cuándo, volveremos a encontrarnos...
Entre nieblas y neblinas, en una noche blanca, con ángeles azules que tocarán guitarras.
En Sansueña, tu pueblo, que es el mío .
7 de marzo de 2007

Discografía

- Canción de muchacho (1972)
- Las Quemas (1974)
- Sansueña (1978)
- Zurcidor (1980)
- Nieblas & Neblinas (1984)
- El trigo de la luna (1989)
- Dylan (1991)
- Sin perder el tiempo
- Noches blancas (1992)
- Entre el micrófono y la penumbra (en vivo, 2001)
- Canciones Sefaradíes (en vivo, 2004)
- El Angel Azul (2006)

Donde había la pureza implacable del olvido

Este es el resultado de un trabajo que se extendió a lo largo de quince años, y cuya gestión ha acompañado de alguna manera no sólo a su autor Ricardo Casas sino también la propia evolución de su tema: la figura de Eduardo Darnauchans. El material más antiguo que incorpora este documental es justamente una breve grabación (en realidad, una filmación en Super 8) que Casas y Humberto Castagnola registraron en 1983 en el Palacio Peñarol, dando cuenta de la primera aparición pública del "Darno" luego de una larga prohibición durante la noche dictatorial.
Al mismo tiempo se emprendía una investigación, con entrevistas a numerosos involucrados, cómplices y testigos de la carrera de Darnauchans. Sobre esos materiales se elaboró el guión, que desembocó en un rodaje iniciado en 1985 que incluyó entrevistas al propio músico, y personalidades como Washington Benavides, Gustavo Alamón y Rubén Castillo.
Ese fue empero, apenas, el fin del principio. El material rodado hasta 1987 quedó sin editar por las casi inevitables razones económicas y hasta por la incomodidad que Ricardo adjudica a la edición lineal en video. Un demorado premio del Fondo Capital permitió empero retomar el proyecto y hasta emplear edición no lineal, lo que empujó también a una actualización del material.
Este documental que se presenta ahora al público en su versión definitiva incorpora alguna canción de Darnauchans de comienzos de los años noventa, y hasta una entrevista reciente que permite colocar en perspectiva otros materiales anteriores. La historia del "Darno" (y con ella, un fragmento de la historia del Uruguay) surge en este entrecruzamiento de testimonios y canciones.
Director: Ricardo Casas / Uruguay, 1998 / Duración: 40 min / Libreto: Ricardo Casas / Fotografía: José María Ciganda / Montaje: Guillermo Casanova / Cámara: Aranzazú Elola / Música: Eduardo Darnauchans / Sonorización: Carlos Da Silveira, Leonardo Croatto